
| Hojar ansía humildemente la victoria en sueños HÖjar, el Rojo. (-1233FQ-2154ZN) HÖjar de pequeño gritaba mucho. -«¡HÖjar, deja de gritar, que te se va salí el ombligo!», pero él no oía nunca nada, porque estaba todo el tiempo gritando a pulmón sacado. A temprana edad, tras una infancia dudosa y una larga condolescencia, decidió aventurarse por la senda de la humildad. Y tuvo unos comienzos humildes, luego muy humildes y ya exageradamente humildes (aunque sin afectación), como se comentaba en aquellos humildes corrillos sociales. Pronto su humildad, que brillaba con aura iluminada, trascendió sus humildes fronteras. Durante un humildemente breve periodo de tiempo, recorrió Europa ensanchando todavía más su desorbitadamente humilde fama. Henchido de humildad, de una humildad depurada, expansiva y sanadora, comenzó a exudar y destilar su propia aura, creando la más humilde quinta esencia definitiva para erradicar humildemente el hambre en el universo. Una humilde inercia consecutiva pronto le llevó a aspirar al título de MÁS HUMILDE DE EUROPA. Tras cosechar un humilde éxito, sembró su campo de codicia y se consagró en cuerpo y almax a ir un paso más allá y llegar a ser el más humilde del mundo entero. Nadie sería mas humilde que él. Y, claro, fracasó. Desconsolado, HÖjar decidió cambiar de propósito y aspirar al título Primer Hombre en Fracasar en Todo. Dado su curriculum, no fue de extrañar que lograra su propósito con facilidad. Tras recibir una humilde chapita commemorativa que le acreditaba como Primer Hombre en Fracasar en Todo, su título fue impugnado, por razones obvias. Recuperándolo al instante y perdiéndolo de nuevo. Entrando en un bucle administrativo que colapsó el ayuntamiento durante los dos años siguientes. HÖjar, visiblemente avergonzado, zapó teriteros el resto de sus días en la parte de detrás de su choza hasta que el pueblo sucumbió a la invasión de ninfómanas y súcubos descubicados… Pero esa es otra historia… Si quieres saber cómo continúa la historia, no hagas clic aquí CLIC |
